9 de octubre de 2025

PARTE 3 DE 4): LA AGONÍA DEL SISTEMA CAPITALISTA.

 


Recomendable leer las Partes 1 a 2  anteriores). 


  …/.. En Europa donde la extrema derecha está más organizada contando con un peso real en las confrontaciones electorales últimas, muchos partidos de extrema derecha están cortando los lazos con el “neonazi-fascismo violento” como el caso concreto del Frente Nacional (FN)  de Marine Le Pen, que repudió al fascista de su padre moderando su partido, pero no debemos confiarnos mucho pues podría tratarse de una táctica para ganar votos. 


   Todo eso representa un peligro para la clase trabajadora, los oprimidos, parados, inmigrantes y otras minorías menos favorecidas.  Los pequeños grupúsculos “neonazis-fascistas” no tienen fuerzas todavía para tomar el poder, pero están intimidando a colectivos que luchan de forma pacífica y democrática,  atacando a manifestantes y huelguistas de forma violenta, como hemos visto ya en algunas ocasiones. 

     

    Continuando el análisis de este nuevo fenómeno, existen diferencias entre la extrema derecha actual y el fascismo clásico. El proceso de Polarización, Radicalización y Politización que representa la nueva época en la que hemos entrado, al menos entre los Partidos del arco parlamentario incluidos el PP, VOX y algunos minoritarios, niegan identificarse abiertamente con el término fascista o neonazi, e incluso como habitualmente dicen,  se consideran Conservadores o Liberales.   

    

      Las fuerzas que se identificaron con la llamada “ultraderecha”, como por ejemplo Vox (alabando a Donald Trump), quieren prepararse para las próximas elecciones. Existen maniobras como  los que cambian sus estatutos y se presentan como “Liberales”, que intentan diluirse como un giro a la derecha, pero para cerrarle el paso a la politización de ese ala más radical y ganar votos.   


    No todos los elementos bajo la etiqueta de “extrema derecha”, muchos de ellos camuflados, pueden ser  catalogados como “nazi-fascistas”, porque sus electores los abandonarían y tienen que hacer equilibrios para poder mantenerse y presentarse como políticos “respetables y honorables”, por lo que muchos que lo son, no pueden presentarse como un movimiento fascista coherente. 

      Los llamados “populismos”, cuyas acusaciones mutuas entre ambos grupos a “derecha e izquierda”, representa una campaña permanente de la confusión alimentada por ambos bandos, al ocultar sus programas respectivos y no querer aparecer ninguno de ellos  nítidamente en defensa de la clase a la que representan.     

   

      Hemos escuchado vergonzosamente a gente del PP diciendo que representan a los trabajadores, mientras que partidos de masas, como PSOE, SUMAR, PODEMOS, ERC y otros,  mantienen posiciones ambiguas al querer disputarse los votos desde la izquierda hasta el centro izquierda. También están creciendo fuera de los partidos parlamentarios, los movimientos libertarios, feministas, ecologistas, animalistas y demás “…istas”, reuniéndose y pretendiendo de forma ilusa construir un nuevo partido de masas. 


    Esos fenómenos se dan principalmente en los campus universitarios, donde se forman grupúsculos,  recayendo mayormente sobre estudiantes de familias acomodadas, que defienden las “libertades personales”, como ultraliberales que son y otros grupos sindicales o políticos similares, que tienen como misión desactivar y amenazar a “grupos de estudiantes de izquierdas” que se reclaman del “socialismo, comunismo o anarquismo”. 


    Estas radicalizaciones y politizaciones están llevando a luchas internas dentro del movimiento estudiantil, aunque todos tienen que reconocer que el movimiento juvenil más potente y consolidado es el Sindicato de Estudiantes.  


   En momentos como los actuales debemos insistir que es necesario la defensa de la Libertad de Expresión y demás Derechos Civiles.  Pero si bien hay una capa de liberales  que adoptan una defensa de la libertad de expresión a cualquier coste, también hay una capa en el movimiento antifascista que toma la actitud de lucha con la idea de “ninguna plataforma para los fascistas” cayendo en el error de utilizar la violencia que hace que las masas se aparten de la lucha.   


El socialismo siempre ha reivindicado movimientos de masas para impedir que los fascistas y otros grupos de extrema derecha utilicen plataformas públicas para movilizar e incitar a ataques racistas, antisindicales y antisociales. Pero la batalla contra la extrema derecha tiene que ser el producto de la lucha de masas y no pedir que se refuerce el aparato del Estado Burgués, que luego podría ser utilizado contra los trabajadores. Cuando se han aprobado legislaciones  reaccionarias siempre se han utilizado también para reprimir a sindicatos, organizaciones y partidos políticos de izquierdas.


    Para el socialismo marxista democrático no hay nada automático sobre una posición de “dejarles sin plataformas”, incluso al lidiar con grupos explícitamente fascistas. Debemos rechazar que un Estado que se dice Democrático, pueda financiar a grupos de extrema derecha o a colectivos culturales que siguen sin condenar explícitamente el Golpe de Franco y los nazi-fascismos, para evitar su expansión y poder derrotarles democráticamente antes de que consigan una posición sólida. 


    El sistema capitalista es cada vez más injusto pues se desperdicia más de 1.300 millones de Toneladas de comida en el mundo, mientras millones de personas mueren de hambre. Existen casas vacías, palacios y enormes edificios mientras que hay millones de personas que no tienen vivienda y se ver forzados a dormir en las calles.  La tecnología actual permitiría jornadas laborales de menos de 4 horas garantizando abundancia para todas las personas, eliminando el capitalismo y aplicando un sistema basado en el Socialismo Científico y la Democracia Participativa y Ética. Pero eso sería incompatible con el modelo capitalista de la acumulación de riquezas para los superricos. 


     Los capitalistas exigen que la clase trabajadora tenga jornadas laborales largas para que la burguesía siga atesorando más y más dinero, aunque esa gran acumulación de recursos les sea inútil. Los millonarios satisfacen sus caprichos más absurdos, mientras miles de niños, mujeres y hombres mueren asesinados en los Genocidios de GAZA, de Ucrania y demás guerras latentes. Muchos capitalistas disfrutan de Yates de 500 millones de dólares y más, que son para ellos muy importantes, mucho más que las necesidades básicas de millones de pobres en el mundo. Esas son las contradicciones brutales de un Capitalismo en agonía que necesita una alternativa, por lo que la lucha por un mundo mejor para la humanidad es más necesaria que nunca…./… 


(Continuará con la Parte 4 final) 

COMISIÓN  PERMANENTE.

IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA.

PSOE DE ANDALUCÍA.

 (*): La persona que quiera participar con sus propuestas, puede solicitarlo  gratuitamente, escribiendo al correo de abajo y poniendo en asunto:   “PROPUESTAS PARA DEBATE.  

ispsoeandalucia.malaga@gmail.com 


6 de octubre de 2025

PARTE 2 DE 4): LA AGONÍA DEL SISTEMA CAPITALISTA.

 



(Recomendable leer la Parte 1 anterior en este mismo blog)

…/… Un sistema que permite que un reducido número de personas controlen y sigan acumulando riquezas en ese polo de los archi-millonarios, apropiándose de las plusvalías que genera la producción de mercancías y servicios del mundo del trabajo,  es completamente injusto, porque la gente necesita para su supervivencia productos básicos que el sistema les niega porque el pobre no puede acceder al mercado si no tiene recursos.

        Continúa la tendencia al monopolio y la concentración y la van a seguir utilizando y controlando para hacer funcionar ese modelo en beneficio de esa minoría y desprecian limpiamente lo que le ocurra al resto de la población. No existe ninguna justificación ética para que esto tenga que continuar así.

      Porque a largo plazo, eso significa una receta acabada para que una sociedad que produce para ese 3% con tendencia a acabar en manos del 1%, continúen nadando en la abundancia, el despilfarro y la corrupción, mientras que la mayoría se empobrece cada vez más, ahogándose en el paro creciente, la miseria y la desolación de las guerras, amenazando ahora con la III Guerra Mundial,  que destruyen y matan a personas inocentes, mientras que los magnates que las provocan se frotan las manos con sus ganancias, cuando los conflictos son provocados por esos mismos imperialistas en su pugna mundial por la hegemonía del poder y en defensa del beneficio privado. 

     Las tensiones que se viven han exasperado la cuestión y las explicaciones populares, a menudo se han expresado como comparaciones ideológicas o psicológicas superficiales entre figuras como Trump, (Putin, Netanyahu y los demás ultras), que están evolucionando hacia el Bonapartismo y tienen rasgos que muchas personas los comparan con figuras históricas como Franco, Hitler o Mussolini. 


    Ese tipo de calentamiento en el debate han pintado a cualquier político de derechas como unos neo-fascista lo que provoca a menudo,  con una utilización no correcta, un terror que amilana  a los ciudadanos y cumple el objetivo de mantenernos alejados de participar en la acciones civiles, no votando a ningún partido ante el miedo a la polarización, el enfrentamiento y el desprecio  del fascismo que se puede entender para comprenderlo mejor, que es claramente un movimienta de acción política que refuerza a la reacción y camina hacia el “neonazifascismo”.


     Algunos analistas que aplican el método del materialismo dialéctico, abordan la cuestión con seriedad, como lo hacían en los años 30 cuando el fascismo estaba en su apogeo.  Las economías capitalistas habían entrado en una crisis muy profunda y principalmente en Alemania e Italia, donde de la descomposición del capitalismo,  surgió el nazi-fascismo. Tras aquella crisis tan profunda que desencadenó la Guerra Mundial, produciendo convulsiones sociales y estallidos revolucionarios masivos,  la lucha obrera se agudizó.  


       A pesar de que la clase obrera sufrió una serie de derrotas, el sistema capitalista fue incapaz de resolver y dar una salida a la crisis económica que deterioró la situación social, con paros y pobrezas crecientes, estallando las guerras.  Por tal motivo, la cuestión de la Revolución Social, planteada con fuerza en el contexto de la llamada Gran Depresión y agudizada posteriormente tras el estallido de la crisis por el derrumbe de las bolsas  en 1929. 


       Existen diversas definiciones del fascismo, entre otras,  que el “fascismo es el capitalismo químicamente puro” y aprovechando el déficit de las direcciones de las izquierdas y su división, los movimientos fascistas de Mussolini, Hitler, Franco y otros, desarrollaron movimientos masivos cuyo propósito era liquidar físicamente a todas las organizaciones de la clase trabajadora para salvar al capitalismo ahogando en sangre al movimiento obrero y derrotándolo.  


     El fascismo se apoyaba en la arruinada clase media desesperada por la crisis y en el reclutamiento del lumpen/proletariado y sirvió a los intereses de las grandes empresas, con matones de camisas pardas y los sicarios pistoleros “rompehuelgas”,  haciéndoles el trabajo sucio a los capitalistas que éstos eran incapaces de hacer,  pero si financiarlos con sus recursos bancarios. 


     El nazi-fascismo solo puede triunfar como fuerza de masas y necesita por tanto aplastar a las organizaciones de la clase trabajadora, comprando a sus dirigentes y amedrentando  o destruyendo a las masas de izquierdas de la clase obrera. Es preciso reconocer que la situación actual no es la misma que la de 1930. Si esos dirigentes acusados de fascistas, como Abascal y otros,  fuesen realmente dirigentes de un fascismo genuino con matones y pistoleros, la izquierda sindical y política no estaría organizada y no podría protestar públicamente, aunque sus dirigentes  están algo dormidos y no practican su cometido, como es utilizar los Derechos Civiles para  exigir nuestras reivindicaciones con fuerza, pero muchos colectivos minoritarios sí lo hacen, aunque de forma atomizada.


       Estamos ante la expectativa de si se va a moderar el conflicto territorial en su gran tensión y hostilidad alcanzadas, alimentado por el potente aparato de comunicación del Estado burgués que ha disfrutado de un impresionante altavoz incluso con repercusiones en toda Europa y el resto del mundo.  Al menos por el momento habrá que esperar a comprobar si se forma un Gobierno Europeo que baje la tensión,  o la aumente o incluso si desembocará en nuevas elecciones, dado lo fraccionado y polarizado que está quedando la dirección de Europa.

     

    Nadie puede negar que esas controversias entre Liberales, Socialdemócratas y Naziofascistas ha sacado a relucir a algunos grupúsculos ultras y otros de marcado carácter Bonapartista  del papel “paramilitar” de los falangistas en el golpe de Franco.  Pero por ahora, a pesar de estar envalentonados con su fraseología ultra y por la impunidad de que disfruta. Ha habido apoyos de otros grupos de Europa, donde existen organizaciones neonazis y nacionalistas de diversos pelajes. Esto explica que sí existe una cierta capa preocupante de elementos que pueden denominarse como “fuerzas de extrema derecha”.

     

    Esos elementos podrían ser utilizados en el próximo futuro, para que jugaran en sus provocadoras acciones de defensa del golpismo franquista, siguen siendo extremadamente débiles, aunque el PP mira en estos temas para otro lado, lo que demuestra una “hipócrita” complicidad y le temen a VOX. …/…



(Continuará con la Parte 3 de 4) 

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2 de octubre de 2025

PARTE 1 DE 4): LA AGONIA DEL SISTEMA CAPITALISTA.

  

     Los estrategas del  capitalismo y sus voceros tratan de convencernos de que su sistema es el mejor y el único posible, pero cada día somos más los trabajadores que pensamos que solo una transformación de esta podrida sociedad capitalista para avanzar al Socialismo Científico en una Democracia Participativa y Ética, podrá asegurar un futuro digno para la humanidad eliminando la explotación y la corrupción. 

        Las ideas socialistas no son algo abstracto ni una utopía como insisten en afirmar la burguesía,  sino que es una necesidad para las clases menos favorecidas y se va concretando en el incremento de la conciencia, en el proceso de polarización en el que hemos entrado, donde millones de trabajadores de todo el mundo y sobre todo la juventud a la que les han robado el futuro como hemos visto en el Estado español, más temprano o más tarde, desatarán una rebelión social rechazando  la ofensiva desatada por el PP, VOX y sus socios de la Ultraderecha, cuyo programa representan ataques constantes al nivel de vida y las condiciones de trabajo de los más pobres. 

       Hemos entrado en una nueva época desde que vimos los primeros compases de las luchas contra las guerras en todos los continentes,  con Mareas Verdes, Rojas,  Amarillas, Negras y de todos los colores, con las Marchas de la Dignidad, las grandes oleadas de Huelgas en la Educación, con asistencia de diversas organizaciones de los sectores que expulsó a muchos estudiantes pobres por recortes de becas etc.. todo ello claros ejemplos de la decisión de luchar que se ven forzados a tomar  millones de trabajadores y jóvenes en defensa de lo público, por una enseñanza, sanidad, servicios sociales, pensiones, dependencia, movimiento feminista contra la opresión y  la violencia machista, la lucha contra el Cambio Climático y demás movilizaciones, algunas aplazadas por el solapamiento de la crisis territorial y la lucha por la República del pueblo de Cataluña, que aunque ha bajado de tensión, todavía dista mucho de ser resuelta.  

    Todo esto demuestra que el modelo capitalista está enfermo, es injusto e incapaz de resolver los problemas que se le acumulan y está atrapado en la gran charca de la corrupción e inmerso en una crisis global, económica, política, social y cultural.  

     Los problemas fundamentales que presenta el capitalismo monopolista en su fase imperialista, que ha entrado en una fase de estancamiento agónico después del colapso de la crisis tras las guerras de Ucrania y Palestina, se reduce a dos cuestiones fundamentales: 

a) La creciente concentración de la propiedad privada de los grandes medios de producción que agudiza la brecha de la desigualdad y 

b) los conflictos por las fronteras nacionales, que impiden un desarrollo de las fuerzas productivas, agudizado por el modelo de los Aranceles que impone Trump y su Gobierno de Supermillonarios.  

       También las llamadas “Siete Hermanas de la Industria Petrolera”, son potentes multinacionales de la energía, armamentísticas y financieras que acaparan y controlan a las 500 multinacionales que manejan la Banca mundial y someten a enormes territorios, a las grandes fábricas industriales, a los grandes almacenes de distribución, a la producción de nuevas tecnologías, la robótica, las redes sociales, los medios de comunicación, etc. 

      Sus propietarios son cada vez un número más pequeño de la población los que toman decisiones encaminadas exclusivamente a incrementar sus beneficios privados en detrimento de los miles de millones de trabajadores y pobres del planeta, no dudando en declarar guerras sangrientas para mantener o incrementar sus posiciones hegemónicas y extraer a las masas el mayor grado de plusvalías

      Existen estudios donde se demuestra que entre el 3% y el 5% de la población mundial son los amos de casi todo el patrimonio empresarial y controlan enormes territorios. Eso indica que la inmensa mayoría de los pueblos no forman parte de esa concentración de propiedades capitalistas ni tienen ninguna participación en las decisiones, por lo que, bajo el capitalismo, la llamada “Democracia” es una verdadera falacia. 

     Las 100 personas más ricas del mundo,  acumulan en sus carteras más riqueza  que la mitad de la población del mundo más pobre. La población mundial en 2024 alcanzaba ya unos 8.200 millones de personas…/…  

(Continuará con la Parte 2 de 4) 

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