21 de enero de 2022

¿ES POSIBLE EL “ESTADO DE BIENESTAR” DENTRO DEL CAPITALISMO? (Parte 3 FINAL)

 

 (RECOMENDABLE LEER ANTES LA PARTE 1  Y 2 ANTERIORES)

…/… Las Deudas, ahora se han transferido, en parte, a las cuentas públicas pero siguen estando ahí. Las deudas conjuntas pública y privada se ha convertido en un verdadero cáncer que amenaza con hundir a la economía mundial una vez más, arrastrando a Europa y a los países más débiles, entre los que se encuentra el Estado español.  

En el año 2020, la recaudación por Ingresos Públicos alcanzó un total de 418.656 millones de euros, con un incremento del 2,2 % tratándose del mayor aumento de la presión fiscal registrado en toda la Eurozona.  En cuanto a los Gastos Públicos ascendieron a la suma de 588.279 millones de euros, lo cual arroja un déficit de 169.623 millones de euros.

Si se continúa esta tendencia de acumular déficits y deudas públicas y no se acomete  la transición a un nuevo modelo productivo Socialista, como alternativa al descompuesto modelo Capitalista, la situación se agravará, pues nos podríamos enfrentar a las derechas, que si ganan las próximas elecciones, su tarea consistirá en los recortes y austeridad iniciado por Rajoy, pero ahora agravada por VOX y PP, que consistirá en  producir millones de parados crónicos y que otra generación entera se encuentre desperdiciando su vida en la ciénaga de la degradación social, la corrupción, los  bajos salarios, con desigualdades y miserias crecientes.  

El desempleo masivo actúa como un nuevo elemento de contracción del mercado, favoreciendo una espiral descendente de la economía. Es el Beneficio y no las nuevas tecnologías, lo que atrae a los capitalistas.

La supuesta recuperación mundial tiene más que ver con los planes de estímulo inyectados por los gobiernos en la economía, en vez de que se haya iniciado una dinámica ascendente de recuperación con cimientos sanos.

No está descartado que, bajo el modelo capitalista,  cuando se inviertan las ayudas de Europa, la economía volviera a resurgir uno o dos años, para luego sumirse en una profunda depresión.

Si los banqueros quieren cobrar muy pronto esos préstamos que llegan del BCE, las ayudas podrían volverse en su contrario y acelerar los desequilibrios de las cuentas de los estados, que acabarán siendo también una rémora para la recuperación económica, lo que explicaría que bajo el capitalismo no hay salidas y caminamos de crisis en crisis hasta acabar en la barbarie.

El Gobierno de Coalición tiene que contemplar las posibles turbulencias financieras que se siguen desarrollando, que demuestran que los bancos siguen en graves problemas y que el futuro económico mundial no es nada halagüeño.

El Socialismo tiene como misión avanzar hacia un nuevo modelo de producción Democrático y Participativo, con el concurso de la clase trabajadora en acción de lucha,  para cambiar la naturaleza explotadora y corrupta del capitalismo.

En la historia sí ha habido casos en los que las economías de determinados países han sufrido poderosas transformaciones sin romper con el sistema capitalista: Japón al terminar la Segunda Guerra Mundial, Corea y los llamados "tigres asiáticos" en los 80, o actualmente China (aunque en este caso la transformación está vinculada a la restauración del capitalismo Imperialista y a la Dictadura contra el Proletariado).

Desde luego, una combinación de factores históricos, que aquí no podemos analizar por falta de espacio, explican todos esos casos.

El propio Estado español sufrió una tremenda transformación en los años 50 y 60 del siglo veinte, que terminó con un país fundamentalmente campesino y posteriormente avanzó hacia la industrialización, que desarrolló un numeroso y  poderoso proletariado.

La Historia nos relata, cómo a partir de la muerte del Dictador en 1975, las masas pasaron a la acción forzando la llamada Transición iniciando la derrota de la dictadura, cuyos restos quedaron incrustados en las Cloacas del Estado, desde donde surge Vox y PP, partidos que quieren restaurar el franquismo.

En aquella época, sectores enteros de la economía eran públicos como la minería, los astilleros, la siderurgia, la electricidad,  las telecomunicaciones, algunos sectores de la Banca con la Caja Postal.  

Pero esas empresas públicas tenían un objetivo muy concreto: eran sectores que requerían enormes inversiones que ningún capitalista español estaba dispuesto a asumir.

El Estado lo hacía para garantizar materia prima y productos básicos a bajo coste para los capitalistas.

Más tarde,  los capitalistas los transformaban y comerciaban con tales mercancías y conseguían suculentos beneficios.

Es decir, las medidas de "regulación" de la economía introducidas por un Estado capitalista, bajo una dictadura atroz que mantenía a la clase obrera encarcelada y reprimida,  buscaban beneficiar a los capitalistas, como han hecho siempre y volverán a hacerlo cuantas veces puedan.

El "desarrollismo" del franquismo se basaba en las condiciones brutales que la dictadura imponía a la clase obrera: salarios de miseria, ningún derecho democrático, pues estaban prohibidos los derechos de asociación, reunión, libre sindicación, petición, manifestación, huelga y sobre todo los Partidos políticos, excepto el de la Dictadura.

Pero el factor determinante que explica la transformación económica del Estado español (y de muchos otros países en aquella época) fue un desarrollo económico histórico en todo el mundo, el boom de la postguerra, con tasas de crecimiento que rondaban el 9 y el 10% (nada que ver con la situación actual y las perspectivas de crecer del 3 al 5 % como máximo).

En ese proceso, el papel del Estado, importante desde luego, no dejó de ser un papel auxiliar. Ayudaba a impulsar la economía capitalista, pero no podía, ni muchísimo menos (y tampoco pretendía) sustituir la iniciativa privada, al revés, la fomentaba como sigue ocurriendo, propiciando las privatizaciones.

Resulta interesante señalar que los mismos argumentos reformistas que ahora se presentan como la panacea del "Estado de Bienestar”" fueron los que en los años 80 y 90 impulsaron el desmantelamiento y/o privatización de toda aquella estructura industrial.

 Los gobiernos de Felipe González fueron los principales adalides de la especialización de la economía española en el sector servicios para modernizarla (turismo verde a cambio de acerías se decía  en las zonas industriales que se desmantelaron, por ejemplo).

Se suponía que era para construir el "Estado de Bienestar” que traería progreso y desarrollo. Esta crisis ha derrumbado por completo aquel paradigma económico que ahora pretende ser sustituido por otro similar.

Supongamos, por un momento, que el Gobierno de Coalición lograra transformar el modelo productivo en el sentido en el que se  plantea, es decir, reformando el Capitalismo.

¿Traería consigo el nuevo “Estado de Bienestar” capitalista menos explotación para los trabajadores, suprimiría la dinámica boom-recesión propia del capitalismo, se terminaría con la especulación y con las burbujas especulativas? No. Ningún país se ha librado de los efectos de la crisis económica mundial.

Recordemos a Japón, por ejemplo; su modelo de economía, que por excelencia se basa en la tecnología y la inversión, no impidió que se desarrollara en los 80 una burbuja inmobiliaria sin precedentes de la que todavía cojea.

Del consiguiente crac de Japón aún no se ha recuperado, a pesar de los masivos planes de estímulo que el gobierno nipón inyectó en la economía y sigue inyectando.

Actualmente la clase obrera sufre un paro histórico. También allí se insiste en que para salir del atolladero tienen que construir el “Estado de Bienestar”, mientras que el trabajador japonés se muere en el tajo por efecto del “karoshi", o sea suicidio y asesinato, que es la muerte por exceso de trabajo.

¿Quizás vamos al modelo productivo que fomente el consumo interno, como el que había en EEUU hasta la actual recesión, a quien pretenden imitar los dirigentes políticos del Estado español?  

En el caso de China su economía sufre gravísimos desequilibrios que pueden estallar en cualquier momento.

Pero es que además, las propias burbujas especulativas pueden estar basadas en un sector tecnológico, no es un fenómeno exclusivo del Turismo, del automóvil  o del "ladrillo". No podemos olvidar la burbuja de las punto.com de finales de los años 90.

Al fin y al cabo las burbujas son producto de las expectativas de obtención de rápidos y fáciles beneficios y son inherentes al caos capitalista.

Respecto a la cuestión de la productividad, que le pregunten a General Motors (GM) si la inversión y el desarrollo son o no son vacunas contra la crisis. El gigante norteamericano estaba en el quinto puesto en el ranking mundial de inversión en I+D y sólo la nacionalización encubierta por parte del gobierno norteamericano  evitó su quiebra.

De hecho, el sector del automóvil, uno de los que más invierte en I+D está sumido en una profunda crisis. Estos sectores, por mucha tecnología que haya, no pueden evitar sufrir la sobreproducción, la gran contradicción del sistema capitalista y podrían sufrir un crac en la transformación al auto eléctrico global.

Paradójicamente, más tecnología no sólo no alivia las contradicciones del capitalismo sino que las profundiza: aumenta la composición orgánica del capital, ya que la máquina de por sí no crea plusvalía, así que, para mantener su tasa de beneficios el empresario sobreexplota más si cabe al trabajador, aumentando su jornada laboral, su ritmo de trabajo, etc. empeorando sus condiciones de vida.  

Es otra locura del sistema capitalista el que más maquinaria y más producción lejos de ser empleada en mejorar nuestras condiciones de vida acarrea más opresión. Este es el mismo dilema del debate entre la Ganadería Extensiva y la Ganadería Intensiva que tanto revuelo ha dado hace unas semanas, poniendo al Gobierno de Coalición al borde de la ruptura, por las declaraciones del Ministro Alberto Garzón, que ha demostrado llevar razón.

El capitalismo en un sistema anárquico incapaz de conciliar la capacidad productiva con las necesidades sociales de la clase obrera. Fijémonos en aquella burbuja inmobiliaria española. Se construyeron millones de pisos hasta que estalló la burbuja y, sin embargo, el problema de la vivienda sigue siendo uno de los más acuciantes para jóvenes y trabajadores.

Existen muchos pisos vacíos, mientras malviven muchos trabajadores sin hogar y los “Sin Techo” inundan las calles.  También podríamos hablar del fracaso escolar entre la juventud. Cuánto potencial creativo desechado por el sistema capitalista.  Qué universo de posibles talentos malgastado, con la juventud atrapada en la droga, el paro y en la esclavitud de la miseria.  

Sólo con poner a trabajar a los miles de licenciados y demás desempleados,  que están hoy en día en el paro, las ciencias, la tecnología, el arte conocerían un desarrollo impresionante y la sociedad podría desarrollarse a límites insospechados.

Pero el capitalismo no conoce de necesidades sociales y condena a la humanidad a la ignorancia y la barbarie, al hambre, a la miseria y a la muerte, pues suenan de nuevo tambores de guerra entre EEUU y Rusia, donde crece la tensión por la disputa de Ucrania.

Definitivamente, el "Estado de Bienestar” del Gobierno de Coalición, no será más que un conejo sacado de la chistera del reformismo sin reformas, de una socialdemocracia que se ve verá obligada en todo el mundo a aplicar contrarreforma tras contrarreforma en la medida en que no tiene realmente otro modelo que aplicar, pues el reformismo se niega a romper con el Capitalismo y defender un programa basado en el Socialismo Científico con Democracia Participativa y Ética al servicio de la clase trabajadora y bajo su control.  

Detrás del debate del “Estado de Bienestar”, que no se consigue,  surge siempre la vieja controversia entre las fuerzas políticas de reforma o revolución. ¿Se puede reformar el sistema o debemos luchar por su abolición?

El callejón sin salida de los reformistas, que hace tiempo abandonaron una perspectiva de Transformación Socialista de la Sociedad y optaron por asumir la lógica del capitalismo,  no les queda otro remedio que seguir los dictados de las grandes empresas.

El Socialismo Científico afirma que sí hay otro modelo, pero no este modelo capitalista, que debe ser derrotado y superado a base de una Democracia Participativa y Ética mediante la lucha conjunta y persistente de las izquierdas, pero expropiando a los capitalistas y banqueros, para avanzar hacia la planificación democrática de la economía.

La tarea de la clase trabajadora tiene que ser organizarnos mejor y luchar unidos por el giro a la izquierda y así se podrá construir una nueva economía capaz de desarrollar todo el potencial de la inteligencia humana, garantizando y desarrollando unas condiciones de vida dignas para toda la humanidad, alcanzando el verdadero “Estado de Bienestar”,  porque es imposible avanzar con ese utópico modelo productivo de “capitalismo con rostro humano” que es imposible y que no cabe dentro del capitalismo, sino que hay que debatir, organizarnos y unirnos para luchar por el Genuino Socialismo.

COMISIÓN PERMANENTE.

IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA.

PSOE DE ANDALUCIA.

Ispsoeandalucia.malaga@gmail.com

 



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