(Recomendable
leer antes la parte 1 anterior)
…/… En
momentos como los actuales opera de forma negativa y más visible la “Ley de la Tendencia Decreciente de la cuota de Beneficios del Capital”,
que aunque con cierta controversia por parte de los liberales, aún por su
complejidad, demuestran sus perversos efectos
Marx
denomina “composición orgánica del
capital” a la relación entre el “capital
constante” y “capital variable”, el primero representado por la masa de
capital invertido en medios de producción y el segundo lo que invierte el
capitalista en fuerza de trabajo.
La
cuestión de las crisis cíclicas del sistema capitalista está vinculada a esa
Ley mencionada, formulada por Marx y expuesta en el tomo 3º de “El Capital”,
sección 3º, para los interesados en estudiarla y comprender por sí mismo, si opera o no, que es el permanente debate con
los liberales.
En
la medida que las inversiones en “capital
constante” aumentan mucho más que el “capital
variable”, por la introducción de nuevas tecnologías y otros factores, pero
una vez alcanzado el equilibrio por la competencia (ahora roto por los
oligopolios), la tasa de beneficio
tiende a caer, aunque en los auges aparece tan ralentizada que algunos economistas
burgueses la niegan. Aunque ahora en las recesiones, y sobre todo en las
depresiones, la aceleración puede convertirse en vertiginosa y
desestabilizadora del sistema.
Esta tendencia a la disminución perpetua de la
tasa de beneficio del capitalismo, unida a las otras tendencias, permitirá
comprender la afirmación de Marx, de que “el
capitalismo está infectado por el germen de su propia destrucción”, pero
que nunca caerá solo, porque “la
emancipación de la clase trabajadora, será obra de la propia clase trabajadora,
o no será”.
Por tanto requerirá el concurso de la
lucha de la clase trabajadora organizada y unida pero con una dirección potente
que represente la vanguardia del factor subjetivo para producir los cambios
necesarios que eviten la catástrofe, que solo será superable con la planificación,
bajo el modelo del Socialismo Científico
y una Democracia Participativa y Ética, orientadas hacia el bien común.
Los
nuevos inventos como la robótica, nuevas tecnologías, internet, ordenadores y
otros términos son usados para describir lo que se ha dado en llamar la nueva
revolución industrial.
Los
propagandistas del capitalismo nos quieren hacer creer que en el futuro la
humanidad vivirá pacíficamente y liberados de la mayoría de trabajos pesados,
sucios y agobiantes, pero eso será una falacia
bajo el capitalismo, porque es solamente de la mano de obra donde el
capitalista extrae las plusvalías del asalariado y ni del robot y ni del resto
de la composición técnica del capital
representada por el capital constante.
La
burguesía está “robotizando” al
trabajador asalariado con ritmos infernales y jornadas prolongadas tendente
a la esclavización, que junto con la automatización
que sustituye a miles que obreros, aumentará el paro forzoso al producirse un
excedente que provoca el paro estructural crónico.
Esa
situación de desigualdad creciente, más temprano o más tarde, producirá un
aumento de la indignación de las masas ociosas con el consiguiente proceso
molecular de toma de conciencia que dará lugar a convulsiones sociales como vimos en procesos
históricos cuando se produjo la rebelión de los esclavos luchando por su
supervivencia y emancipación, hechos convulsivos que se podrían producir a un
nivel superior.
Las
guerras terribles, las migraciones causadas por los conflictos con la
consecuencia de terribles hambrunas que afectan a pueblos y continentes de todo
el planeta, podrían acelerar la desorganización y decadencia de este belicoso
modelo imperialista/capitalista, afectando también a la vieja Europa,
provocando la descomposición del sistema.
Esa
situación, si se profundiza la depresión, podría llevar a la desorganización
del capitalismo y a la necesidad de reorganización de la producción en bases a
la planificación científica de los recursos productivos a una escala europea e
internacional, acometida en base a la democracia social participativa para
avanzar al socialismo.
Si
esa posibilidad no se aprovecha, será a causa de la debilidad y división de las
direcciones de los partidos de izquierdas y los sindicatos de clase debido a la
pusilanimidad y capitulación de sus líderes, porque la clase trabajadora y los
sectores oprimidos de la pequeña burguesía arruinada se verán obligados en un
momento dado a lanzarse a la lucha de forma desesperada y acumularán la fuerza
necesaria para cambiar la sociedad no una vez sino cien veces si hiciese falta.
La
dialéctica materialista, base de la filosofía socialista marxista, explica que la teoría del colapso espontáneo
del capitalismo y su autodestrucción es incorrecta; si los trabajadores no
conseguimos encontrar una salida a la barbarie y al infierno al que nos podría
llevar el capitalismo mafioso, se producirían terribles sufrimientos si las
fuerzas reaccionarias toman el camino del neo-nazi-fascismo
que conduce a la catástrofe.
Esas
fuerzas belicosas asoman su odio y su violencia en toda Europa y aquí tenemos
el embrión del tándem PP/VOX que quieren el colapso de la democracia y el caos.
Aquellos dramas terribles y belicosos del pasado lo quieren repetir si no lo
evitamos con una firme oposición y movilización del movimiento social de masas.
El Federalismo es el mejor camino
para buscar una salida
mediante el diálogo y la democracia respetando a las distintas visiones que se
plantean en el conflicto territorial latente, entre nacionalidades, autonomías,
regiones y pueblos.
Debemos
profundizar en el debate hacia un Estado
Federal, Laico, Plurinacional, Republicano, Socialista, Democrático y
Cooperativo, para transformar el actual sistema capitalista, caduco y corrupto,
encontrando el camino al unísono hacia el nuevo modelo que el pueblo decida
democrática y voluntariamente.
La
lucha de clases no ha desaparecido como los voceros y voceras del capitalismo
nos quieren hacer creer, por lo que para acabar con el modelo de explotación
capitalista y superarlo, (pues de lo contrario el capitalismo siempre
encontrará una salida), debemos continuar reorganizándonos marchando hacia la
unidad porque solamente con la intervención consciente de los trabajadores bajo
la bandera unitaria de un Frente Unido de Clase, de partidos de izquierdas,
junto con sindicatos y organizaciones sociales de forma solidaria, podremos
encontrar una salida digna para las clases menos favorecidas y para toda la
Humanidad.
José Martín Rodríguez.
Coordinador de
Comunicación.
Izquierda Socialista de
Málaga-PSOE. A
Ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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