7 de noviembre de 2013

ENMIENDA A LA CONFERENCIA DEL PSOE.

(...) 
5.- HACIA LA III REPÚBLICA FEDERAL, LAICA
     Y PARTICIPATIVA 

  Los y las socialistas debemos propugnar la revisión crítica del modelo político legado por la transición democrática, formular propuestas para una reforma profunda de la Constitución Española y encabezar la reivindicación por recuperar la forma republicana de Estado. Hemos de considerar que los conceptos, Estado Federal y República, forman parte del genoma político del socialismo en España.

     5.1. HACIA LA REPÚBLICA ESPAÑOLA

  Hoy, tras 35 años de la aprobación de la actual Constitución española, ha llegado el momento de revisarla en profundidad para liberarla de las limitaciones y tutelas que en aquel contexto de la transición se impusieron por parte de los poderes fácticos existentes, en un marco de cesión obligada de legitimidades. Ha llegado el momento de que el mando supremo de las fuerzas armadas españolas deje de estar en manos del Rey para pasar al Presidente de la República democráticamente elegido.

  La configuración de un Estado Español republicano, federal y laico vuelve a estar en la vanguardia de las reivindicaciones de la ciudadanía. El Partido Socialista debe recuperar su naturaleza de partido republicano, pues sin la premisa de la elección libre y democrática de todos y cada uno de los cargos representativos del Estado, además de contradecir nuestro ideal de igualdad, nunca podrá desarrollarse plenamente el sistema democrático, y por tanto, quedará incompleta la soberanía popular.

  Por ello, el Partido Socialista Obrero Español debe colaborar con los partidos políticos de izquierdas y con las asociaciones y plataformas que buscan dichos objetivos, en especial con la Plataforma 14 de abril que agrupa a la inmensa mayoría de este tipo de organizaciones a nivel estatal,  para unificar los esfuerzos en pro de la consecución de la III República.

PROPUESTAS:

·         Recuperar los principios republicanos en los Estatutos del PSOE. El Partido debe restablecer en sus Estatutos la defensa de la República como forma de Estado, y como horizonte histórico hacia el que avanzar, desde la evolución y reformas democráticas necesarias del Estado actual.
·         Impulsar la recuperación del significado de la II Republica, su memoria y conmemoración, tanto con la colaboración con partidos de izquierda y asociaciones y plataformas como la Plataforma 14 de abril, así como con iniciativas propias.
·         Integración de los municipios gobernados por el PSOE en la red de municipios por la III República.
·         Aplicar la Ley de Memoria Histórica en todos los ámbitos, incluido el de su reforma si procede. La memoria y la dignidad de las víctimas del franquismo han de ser plenamente salvaguardada por la democracia española. La apología del franquismo ha de ser considerada un delito homologable al de terrorismo.
·         Apoyar la convocatoria de un referéndum para decidir entre monarquía y republica. La plena ciudadanía española exige aplicar el derecho a decidir la forma de Estado bajo el que queremos vivir. El déficit democrático que se arrastra desde los años setenta en los que no se convocó ese necesario referéndum ha de ser superado en la actualidad.

   5.2. HACIA  EL ESTADO FEDERAL

   Tras el proceso de recentralización que está realizando actualmente el gobierno conservador que nos está devolviendo poco a poco al modelo centralista de la etapa franquista, hay que mostrar en los hechos que la Nación de Naciones que es España puede aunar la diversidad y la cohesión, la unidad y la pluralidad, la especificidad y la solidaridad.     Hay que recuperar y actualizar la tradición federal del socialismo para aunar el respeto a la diversidad cultural y al autogobierno con la solidaridad interterritorial.

        En la España federal a la que aspiramos el modelo territorial se articulará en tres niveles de gobierno. A saber:

nivel estatal: formado por el Gobierno de España y todas las entidades e instituciones que abarcan el conjunto del Estado. La Administración Periférica del estado debe ir desapareciendo paulatinamente y con plazos preestablecidos, dejando como única institución estatal con representación nacional/regional a la Delegación del Gobierno.

nivel autonómico: integrado por los Estados Federales. Este nivel debe ser reformado para facilitar su encaje en una España Federal que reconozca y respete la realidad plurinacional y pluriregional de España.

nivel local: formado por los municipios y todas las entidades e instituciones de articulación de los municipios. La futura reforma de la Ley de Bases de Régimen Local deberá contemplar el reforzamiento de la autonomía municipal.
 
  La mejora de la estructura del estado en España y de la calidad democrática debe asentarse en los principios de simplicidad, sencillez, claridad, economía, eficiencia y compromiso. Defendemos un federalismo cooperativo y pluralista totalmente consonante con los principios y valores democráticos, capaz de dar cabida al reconocimiento de las diversas realidades nacionales, a la vez que asegura la cohesión del Estado y la solidaridad interterritorial para garantizar la igualdad de derechos de todos los ciudadanos de España.

  Un Estado federal de este tipo permite mantener su unidad sin necesidad de imposiciones uniformizadoras, de la misma manera que garantiza el respeto a la diferencia sin riesgos de rupturas traumáticas. Esta España federal conformará una buena inserción del Estado y de sus Estados Federales en la Unión Europea, a la vez que dispondrá de recursos políticos idóneos para profundizar en el municipalismo.

PROPUESTAS:

·         Todas las entidades e instituciones públicas han de sustentarse en cuatro principios democráticos básicos: (1) flexibilidad organizativa: pudiendo adoptar la forma y el tamaño que mejor se ajuste al cumplimiento de sus fines; (2) transparencia informativa: publicación periódica de toda la información producida (balances, evaluaciones, salarios…); (3) democracia institucional: con la apertura de espacios para la participación de los actores relevantes del sector o área en el que esté incardinados; y (4) control permanente: con la acción decidida de los organismos contables y de evaluación para que puedan realizar controles de gestión o evaluaciones.
·         La consolidación del modelo federal reclama la reforma inmediata del Senado para ser la cámara parlamentaria de representación territorial. Para ello en las elecciones generales habría una única circunscripción electoral en la representación al Congreso de los Diputados, mientras que al Senado la circunscripción serían los Estados Federales.
·         Supresión de las Diputaciones provinciales mediante transferencia de sus competencias, recursos económicos y recursos humanos hacia los Estados Federales, los Ayuntamientos y las entidades intermunicipales donde las hubiere.
·         Incentivar la disminución del número de Ayuntamientos, mediante la agregación o concentración de varios, constituyendo nuevas entidades sostenibles capaces de proporcionar a los ciudadanos, servicios básicos de calidad, sin que ello merme la representación y pluralismo político esencial de los municipios.
·         Desarrollo de la autonomía municipal y mejora de su capacidad financiera.  Incentivar en el ámbito municipal, los procesos de cooperación, agregación o concentración de diversos ayuntamientos o comunidades locales, constituyendo nuevas entidades sostenibles capaces de proporcionar a su ciudadanía servicios básicos de calidad, sin que por ello se vea mermada la representación y pluralismo político esencial de los municipios.
·         Defensa de la dignidad y trabajo de los funcionarios y empleados públicos. Impulso de medidas para la mayor presencia y eficacia de las administraciones publicas por vía electrónica.
      
 5.3. HACIA EL ESTADO LAICO

  Las instituciones democráticas de una sociedad moderna no deben estar al servicio de ninguna confesión religiosa. El mundo de las creencias religiosas tiene sus propios ámbitos de expresión y articulación que no deben confundirse con los de la sociedad política democráticamente constituida. Las normas de una confesión religiosa sólo pueden obligar a sus miembros. Las normas del Estado democrático y de derecho obligan a todos. Por todo ello, el PSOE, debe abolir el concordato entre el Estado y la Iglesia como medio efectivo y real de la división entre Iglesia y Estado, cumpliendo así con el carácter laico que nos caracteriza.

PROPUESTAS:

·         Abolición de los Acuerdos firmados por el Estado español con el Estado Vaticano el año 1978.

·         Aprobación y desarrollo de una Ley de Libertad de Conciencia que garantice el derecho fundamental a tener las creencias que se consideren oportunas, sean o no de orden religioso, sin discriminación alguna por ello y sin privilegios para ninguna persona o colectivo.

·         Reformar el Artículo 16 de la Constitución Española para evitar cualquier referencia expresa a una confesión determinada, recogiendo expresamente el derecho inalienable de todo ser humano a tener las creencias y convicciones que estime convenientes.

        5.4. HACIA UN  ESTADO PARTICIPATIVO

  Hoy el concepto pleno de ciudadanía democrática integra un amplio conjunto de derechos universales, una dimensión ético-moral y humanitaria de responsabilidades individuales y compromisos colectivos y la identificación de las personas con los valores, derechos y libertades que fundamentan la igualdad real de los seres humanos, mejores formas de vida y más dignas, el auténtico bienestar y el progreso de la humanidad. Tal concepto y principios irrenunciables no pueden subordinarse a poderosos intereses particulares que, frente a la necesidad de reasignación de recursos para las políticas sociales, desde el individualismo posesivo más egoísta pretenden, a través de los mercados de capitales, imponer el darwinismo social más acentuado y ahogan los márgenes de maniobra de las políticas monetarias, presupuestarias y fiscales de los gobiernos.

  Las crudas realidades de la crisis han puesto de manifiesto disfunciones en el sistema político e institucional y desde la radicalización de los principios democráticos se reclaman nuevos canales de deliberación/participación, nuevas ideas y renovados protagonismos de los partidos políticos, agentes sociales y organizaciones de la sociedad civil en interacción con la ciudadanía.

  Los gobiernos democráticos en sus respectivos ámbitos no deben precipitar decisiones que afectan a la mayoría de la población sin haber estudiado previamente todas las posibles opciones, informado con transparencia y facilitado que la ciudadanía debidamente informada participe (mediante referéndum inequívocamente planteado y debidamente informado, en parlamentos, en plenos municipales, etc.) en la decisión del plan de acción que estime más pertinente. Los gobiernos en su caso deben incentivar y acoger con el máximo interés y apoyo institucional las leyes y/o propuestas surgidas por iniciativa popular.

  La segundad mitad del siglo XX y el siglo XXI han aportado algo fundamental al ciudadano, la posibilidad no solo de acceso directo e instantáneo a la información, sino la posibilidad de crearla, comentarla e intercambiarla. La información durante siglos ha sido una fuente reservada de poder, guardada, manipulada y empleada por unas capas privilegiadas para mantener su dominio. Actualmente somos capaces de informarnos, analizar, comparar puntos de vista y criterios, opinar y exigir. Hoy resulta más difícil manipular y engañar. Esto nos permite ser más libres, más exigentes, más responsables y más solidarios.

  Siendo uno de los valores de la izquierda el respeto a la persona hemos de ser pioneros en transparencia, en comunicación veraz y sólida, en crear núcleos de exigencia, de participación y decisión que respeten la dignidad y las aspiraciones de las personas. Se ha acabado la era de las medias palabras, del disimulo, del ocultismo, el ciudadano pide claridad, sinceridad, transparencia y honestidad.

PROPUESTAS:

·         Reforma de la Ley electoral para una representación más proporcional de la ciudadanía. Entre otras consideraciones, habría que interpretar el artículo 6 de la Constitución para introducir la obligatoriedad de aumentar la democracia interna de todos los partidos políticos mediante la celebración de elecciones primarias. También por Ley establecer los derechos y obligaciones de los electores y de los representantes elegidos.
·         Realizar elecciones municipales mediante listas abiertas por distritos (un concejal por distrito) y elección directa del Alcalde por los ciudadanos.
·         Defensa y ampliación de los derechos civiles recogidos en nuestra Constitución, facilitando la cercanía de los ciudadanos a la acción política institucional, creando nuevos cauces de participación democrática y control del ejercicio del poder político.
·         Mejora de las regulaciones y sistemas de controles públicos con el necesario reforzamiento y ampliación de las políticas estatales de evaluación, control y modernización administrativa.
·         Revisar el actual sistema de acceso, permanencia y control en la Función Pública, para hacerla más eficaz, participativa y democrática.
·         Participación en la ejecución de decisiones tomando como referencia el principio de subsidiariedad y mediante la desconcentración y descentralización de la gestión política y administrativa, facilitando la accesibilidad y en consecuencia la participación activa de la ciudadanía a la vez que se fomentan las capacidades de organización de la sociedad civil.
·         Tolerancia cero con la corrupción política, reforzando las medidas administrativas y penales contra este grave problema. Esto implica adoptar nuevas medidas legales contra el transfuguismo político, ampliando los supuestos que integran ese concepto político y sus medidas coercitivas.
·         Transparencia y adecuación de las retribuciones de los representantes públicos y cargos de la administración, de forma que su regulación no sea diferente de la del resto de los ciudadanos.
·         Potenciación de mecanismos de transparencia de las instituciones y de rendición de cuentas de los representantes públicos. Las personas que ostenten una representación pública han de hacer conocer su situación patrimonial a la ciudadanía.
·         Los políticos judicialmente condenados no deben poder representar nunca más a la ciudadanía, al igual que los políticos judicialmente imputados deben retirarse de su función pública hasta que se resuelva el procedimiento.
·         Referéndum Revocatorio- Moción de Censura Popular    de todos los cargos institucionales a partir de mitad mandato como instrumento de participación y poder popular, reafirmando así el principio fundamental de soberanía popular.


6.-  UN PARTIDO DEMOCRATICO, ABIERTO, PARTICIPATIVO Y PLURAL

  Los socialistas hemos de recuperar la credibilidad perdida, reencontrarnos con los sectores sociales de los que nacen y a los que se dirigen las políticas pensadas desde la izquierda. Somos parte de la ciudadanía que expresa a gritos o en silencio su desconfianza y su decepción por la ausencia de alternativas al abismo al que nos aboca el neoliberalismo económico y el neoconservadurismo político. Nos oponemos a la consideración instrumental que los llamados mercados tienen de la democracia, la libertad e incluso los derechos humanos. Para ellos estos valores sirven mientras les son útiles. Para nosotros son los fundamentos de la civilidad en progreso colectivo.

  Cuando se reclama una segunda Transición con una reforma profunda de la Constitución, se acusa a los partidos políticos de haberse debilitado como receptores de propuestas cívicas y de adoptar, en ocasiones, comportamientos burocratizados, oligárquicos y clientelares; los socialistas hemos de abordar nuestras insuficiencias y resolver los problemas planteados con más democracia, no reduciéndola o desvirtuándola. Los ciudadanos y las ciudadanas tienen el derecho, que nadie ha de usurpar, a elegir a sus representantes en las organizaciones políticas y en la sociedad. Tienen derecho a participar en la elaboración de las políticas que estos han de practicar y los dirigentes tienen la obligación de respetar los programas electorales y responder de sus actuaciones. 

  La dignidad de las personas, el progreso colectivo y la justicia social son irrenunciables; y si una Ley o norma no resultan ya adecuada a las personas y a la sociedad hay que cambiarla. Ahora hemos de superar las restricciones impuestas al sistema democrático establecidas hace más de treinta años en las circunstancias de la transición española.  Cambiar la legislación electoral y de toma de decisiones haciéndola más democrática y participativa, con limitación de mandatos, segundas vueltas y referéndums vinculantes, contribuiría a una mayor transparencia institucional, a mejorar la democracia interna en los partidos políticos y a recuperar los vínculos entre representantes y representados.

  La crisis se agrava en ausencia de política participativa. Los militantes socialistas con su trabajo y sacrificio, son los depositarios de una tradición histórica de lucha tenaz por la paz, la democracia, la libertad, la solidaridad y la igualdad. Hoy los militantes hemos de tomar la palabra, y con ella romper las barreras internas que restringen la participación. Estamos comprometidos en la defensa de nuestros valores y queremos elegir a dirigentes con convicciones de izquierda, más capaces y más audaces en el diseño de un mundo mejor. Hemos de elegir directamente y a todos los niveles a nuestros dirigentes, de manera ampliamente participativa. Hemos de rechazar cualquier indicio de dirigismo, erradicando las prácticas de la imposición y el oscurantismo.

  Los trabajadores, los intelectuales, los más desfavorecidos, el pueblo, necesitan más PSOE   y solo los militantes y simpatizantes, el pueblo de izquierdas, es el dueño de sus destinos.   Hay motivos para la lucha  y para la esperanza, recuperando el potencial movilizador del socialismo democrático para vertebrar la gran mayoría social de izquierdas.

  Para construir esa política y esa sociedad, existe una condición previa: transformar nuestra organización y activar todas sus potencialidades.  El PSOE, nuestro partido, no puede convertirse en un partido solo de cuadros. Nació y se fortaleció con base en el movimiento obrero y la lucha de las clases populares por la igualdad, la justicia social, la libertad con equidad y la solidaridad. Somos un partido de clase y de masas, comprometido con la mayoría social plural por la emancipación, la transformación y el progreso social.

  En consecuencia, la democracia interna y el funcionamiento orgánico tienen que corresponderse con nuestra trayectoria histórica de partido abierto, participativo, donde las distintas propuestas se debaten, integran  y se transforman en decisiones adoptadas democráticamente, sin que la opinión de la mayoría excluya la integración y aportaciones de las minorías internas, pues el bloque social de progreso que nos apoya, se compone de grupos diversos  con propuestas e  intereses plurales.

  “Profesionalizar“ el funcionamiento del Partido, y mantener desde un liderazgo “presidencialista” y su entorno la centralidad de las decisiones, la acción y los mensajes, esclerotiza la actividad orgánica, e impide la iniciativa y capacidad de propuesta del colectivo de militantes y simpatizantes. Cuando la unidireccionalidad desde arriba hacia abajo reduce la pluralidad interna del Partido como generador de políticas y receptor de iniciativas ciudadanas, ese empequeñecimiento del campo de juego nos desconecta de los motores de cambio de la mayoría progresista. Si nuestras bases sociales  dejan de ser los referentes de la aplicación del proyecto socialista, si se adulteran nuestros valores, se ignoran las resoluciones de los Congresos y se difuminan nuestras estrategias y objetivos, se prolongará el desconcierto y frustración en nuestros votantes. Eso acarrea su retracción, y conduce a la derrota electoral.

  Estamos en una etapa de práctica “refundación” de la socialdemocracia y la izquierda, y de recuperación de nuestra identidad y valores. Para ello parece necesario renovar equipos, proceder al relevo de dirigentes y cambiar profundamente el funcionamiento interno de nuestro Partido. Pero volveríamos a alejarnos de la realidad social si –con el pretexto de mirar al futuro- se impone una visión de “excepcionalidad” sobre los últimos años, se encierran entre paréntesis erráticas derivas en nuestras políticas y actuaciones poco congruentes con el compromiso socialista.

  La democracia interna y el funcionamiento orgánico tienen que corresponderse con nuestra trayectoria histórica de partido abierto, participativo, donde las distintas propuestas se debaten, integran  y se transforman en decisiones adoptadas democráticamente, sin que la opinión de la mayoría excluya la integración y aportaciones de las minorías internas, pues el bloque social de progreso que nos apoya, se compone de grupos diversos  con propuestas e  intereses plurales.       El articulo 6 de la Constitución Española, refiriéndose a los partidos políticos, declara que "su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos”. Ello obliga a que ningún partido debería aceptar, en ningún caso, caudillismos que suplanten a los principios ideológicos y a los principios democráticos.  Las “adhesiones inquebrantables” y las fidelidades personales basadas en intereses diversos deberían desaparecer definitivamente de la escena política española.
  Preocupa especialmente que nuestras carencias internas se hagan extensivas al desinterés y a  la desconfianza que muchos ciudadanos sienten hacia las estructuras de los partidos políticos. La mala imagen de los partidos y de la política en general no deja de crecer, suponiendo un déficit democrático insostenible y un peligroso alejamiento entre los ciudadanos y los militantes. Una Agrupación que renuncie a incidir en su entorno más inmediato o que sea percibida con desconfianza por los ciudadanos, no sólo es inoperativa para conseguir nuestros objetivos políticos sino que no tiene sentido estatutariamente en nuestro partido. Se trata de devolver la ilusión en un verdadero proyecto de izquierdas a nuestros militantes, para que éstos vuelvan a sentirse motivados para transmitir nuestras ideas de progreso hacia su entorno más inmediato.

  Se necesita una ampliación de la democrática interna, y que todos y cada uno de los órganos de dirección del partido recupere y ejercite plenamente, con todo rigor y ética, la función que tiene encomendada. El Comité Federal, los Comités Regionales o de Nacionalidad y las Asambleas Locales han de ejercer como máximos órganos de dirección del Partido. La función de las Comisiones Ejecutivas no incluye la suplantación de los otros órganos superiores de participación y decisión del partido. La totalidad de los poderes del partido no deben  acumularse en la figura de los secretarios generales y sus ejecutivas, al coste de caer en distintas formas de abuso de poder, ausencia de participación y perversión de los mecanismos democráticos de toma de decisiones. Y menos aun concentrarse en la figura de uno o varios candidatos electorales o personas ya electas, los que de arriba hacia abajo impartirían la "verdad revelada". Las Comisiones Ejecutivas, en sus distintos ámbitos, deben expresar la realidad del verdadero pluralismo interno  de la organización, al igual que los otros órganos deliberantes y ejecutivos del partido. 

  Hay que aplicar los principios federalistas propios de la organización del partido a todos lo niveles, incluido el de subsidiaridad, garantizando que las decisiones y opiniones de los de arriba se vayan conformando con las que surgen libremente desde  abajo. La democracia representativa no debe anular a la democracia participativa. Las dos son un todo indivisible. Hay que acabar con la vieja cultura autoritaria tan practicada de que  “el que se mueve no sale en la foto”. Hay que regular de forma racional el sistema de elección por primarias, abriendo las puertas a las aportaciones de aquellos que forman nuestro entorno ideológico, social y electoral más próximo.

  Hemos de situarnos en un nuevo paradigma del siglo XXI, con los valores propios del socialismo: el internacionalismo humanista y el respeto de toda la ciudadanía. La articulación de una potente ala izquierda en el PSOE podría reequilibrar esos déficits y motivar a un electorado muy amplio hoy alejado de las posiciones hegemónicas en la dirección del partido.

PROPUESTAS:

·         Favorecer que los órganos de dirección del partido, a todos los niveles, estimulen el debate democrático abierto  a la participación, así como a la necesaria renovación de ideas y de personas.
·         Garantizar el pluralismo interno y el  respeto a las minorías en todos los órganos ejecutivos, deliberantes y de control del Partido. Para ello se aplicarán formulas de mayoría corregida que permitan integrar la diversidad, teniendo en cuenta criterios de proporcionalidad, para evitar monopolios y exclusiones. 
·         Correcta actualización de los censos de militantes y transparencia en el uso de los mismos.
·         Elección mediante el método de elecciones PRIMARIAS de los candidatos a cargos públicos u orgánicos representativos. Las elecciones primarias internas se deben utilizar para elegir los candidatos a Secretario General del Partido. Para Presidente de Gobierno, Presidentes de Comunidades Autónomas y Alcaldes de poblaciones de más de 10.000 habitantes, las primarias han de ser abiertas. El procedimiento será en todo caso a dos vueltas cuando se presenten dos o más candidatos.
·         Exigencia de presentar un número de avales entre el 5% y el 10%  de  la militancia del censo  real de cada ámbito que  corresponda en cada proceso de primarias.
·         Elección de los cargos de representación orgánica e institucional por el sistema de listas abiertas con factor de corrección.
·         Aplicar el principio de incompatibilidad de cargos orgánicos e institucionales en los mismos ámbitos evitando la acumulación y concentración de poder en pocas manos. 
·         Limitación de mandatos, tanto institucionales como orgánicos, a un máximo de 2 mandatos y 8 años.
·         Obligatoriedad de que todos los cargos públicos y orgánicos del Partido rindan cuentas de su gestión ante los órganos que los han elegido.
·         Establecer y regular la capacidad de la propia militancia para revocar los cargos electos aún dentro del período para el que fueron elegidos.
·         Modificar el Reglamento de Asambleas para garantizar la pluralidad, la participación, la información y el control de los  militantes.
·         Realización de asambleas abiertas y periódicas, para afiliados y no afiliados, sobre temas de actualidad y de interés social general.
·         Crear en cada Agrupación Local una asociación cultural que lleve el nombre común  de “Casa del Pueblo”, abiertas en miembros a la ciudadanía progresista, para organizar actividades culturales,  de formación,  con los jóvenes y con la colaboración de movimientos ciudadanos, ONG’s, asociaciones vecinales, culturales o formativas.
·         Favorecer la participación de la ciudadanía en la vida del partido mediante un censo de simpatizantes actualizable anualmente. Los simpatizantes tendrían derecho a voto en las elecciones primarias a cargos institucionales y, también derecho a voz para expresar sus ideas, propuestas e inquietudes en el seno del Partido.
·         Aplicar una amnistía general para todas y todos aquellos compañeros que han sido represaliados por motivos exclusivamente ideológicos, incluyendo el sobreseimiento y archivo de todos los expedientes que por esos motivos estén en curso actualmente.
·         Dotarse de un Estatuto de las Corrientes de Opinión del PSOE, en desarrollo del Art 4 de los actuales Estatutos Federales del partido.


7.- HACIA UN CONGRESO EXTRAORDINARIO

  En el PSOE necesitamos un profundo cambio democrático interno que, con un reformulado proyecto político,  debe plasmar un Congreso Extraordinario:

Un partido más abierto, donde la democracia interna funcione intensamente, con mayor capacidad de decisión de su amplia base militante haciendo partícipes a simpatizantes y ciudadanía progresista; un partido identificable que desde nuestros principios, trayectoria, proyecto y programas se dirija y responda a la mayoría social “de izquierdas” que conforman los trabajadores, clase obrera, clase media, profesionales, funcionarios, autónomos  y pequeños y medianos empresarios…;

Un partido transparente donde el ejercicio de la responsabilidad  política se considera permanente, que rinda cuentas del cumplimiento de sus programas y compromisos, y de la labor de los cargos públicos socialistas ante los ciudadanos.

Un partido donde, fruto de la transparencia, las actuaciones de los cargos orgánicos y públicos resultan coherentes con el proyecto y programas y se articule  la complementariedad más equilibrada entre la labor de militantes y órganos internos y la acción de Gobierno y cargos públicos, y en el que los cargos públicos rindan cuentas periódicamente de sus iniciativas, gestión, actuaciones y aportaciones ante los militantes y simpatizantes.

Un partido más dinámico donde la regeneración de ideas emane del debate (abierto y transversal) y posicionamiento de las distintas corrientes y sensibilidades,  que articule los planteamientos plurales para enriquecer la adopción democrática de decisiones; y formule alternativas políticas claras a los problemas económicos y sociales

Un partido dotado de fórmulas integradoras para que la diversidad interna se exprese también mediante la representación de las corrientes de opinión (estatutariamente constituidas) en los órganos, ejecutivos, deliberantes y de control; y provisto de mejores mecanismos de aplicación de los principios federalistas a todos los niveles territoriales, partiendo de la  revitalización de las Agrupaciones Locales.

Un Partido en el que sus dirigentes sean elegidos directamente por las bases y accedan a los cargos en función del esfuerzo, la capacidad, con un compromiso social y político constatado en la fidelidad a los ideales de izquierdas.

Un Partido que hace política coherente con un comportamiento consecuente entre los que se piensa, se promete y lo que se hace. Y que acentúa la efectividad de los mecanismos de exigencia de responsabilidades políticas y de posible revocabilidad de los cargos.

Un partido más de izquierdas, donde se abandone el individualismo que el neoliberalismo ha inculcado los últimos veinticinco años y se dé paso de nuevo a la colectividad, al sentimiento de grupo a través de las distintas sedes- Casas del Pueblo, abiertas y receptivas a la militancia, donde se acentúe de nuevo la solidaridad, se impulse el voluntariado, se promueva la participación en el consumo razonable y sostenible…

Un Partido rejuvenecido donde los procedimientos de democracia directa (primarias, listas abiertas) para las elecciones internas de nuestros dirigentes y/o cargos orgánicos  y en la selección de candidatos del PSOE a cargos públicos, la limitación de mandatos, las incompatibilidades para no acumular cargos y la representación plural en sus órganos,  abran realmente nuevas fronteras al ejercicio de la política y la acción pública en el s. XXI que la ciudadanía reclama y las instituciones democráticas necesitan.

Y un Partido que, respondiendo a su Programa Máximo y a los valores del socialismo democrático, incida en las políticas económicas y sociales redistributivas que favorezcan a las clases populares, trabajadores y, en especial, a sectores sociales y personas más desprotegidas;  que fortalezca al Estado y las políticas públicas, que impulse decididamente el avance hacia un modelo federal (más cooperativo, integrador, equilibrado y solidario) del Estado de las Autonomías.

Que subraye las aportaciones del laicismo y el republicanismo cívico al progreso social; que articule un fuerte compromiso intergeneracional con el modelo social europeo, con la paz y la solidaridad internacional; que  dignifique la acción política mediante el reforzamiento del compromiso cívico y  la democracia participativa.

Que asume varias propuestas del movimiento “altermundista” para “gobernar la globalización” y regular los mega poderes no democráticos e insiste sobre un desarrollo más sostenible y ecológico que preserve a nuestro planeta Tierra.

  Un Congreso Extraordinario que permita el profundo cambio democrático interno  y la reformulación de un proyecto político de izquierdas con la perspectiva de superación del modelo capitalista.


8.-  A MODO DE RECORDATORIO.

  Animamos a los compañeros y compañeras del PSOE, a sus simpatizantes y votantes, a conocer la historia del socialismo en España: sus luchas, sus fracasos, sus victorias, sus errores y sus aciertos. Ello nos hará más fuertes en nuestras convicciones.            Transcribimos aquí dos textos significativos. Uno de 1879 año en que se fundo el PSOE. Otro del 2012, año en que se celebró nuestro ultimo  Congreso Federal.  Se puede constatar la enorme distancia existente entre lo dicho y lo hecho, entre la teoría y la práctica. 

 8.1.- PROGRAMA MÁXIMO DEL PSOE, 1879

  Presentado por Pablo Iglesias el 20 de julio de 1879:

"Considerando:
Que esta sociedad es injusta, porque divide a sus miembros en dos clases desiguales y antagónicas: una la burguesía, que, poseyendo los instrumentos de trabajo, es la clase dominante; otra, el proletariado, que, no poseyendo más que su fuerza vital, es la clase dominada;
Que la sujeción económica del proletariado es la causa primera de la esclavitud en todas sus formas: la miseria social, el envilecimiento intelectual y la dependencia política;
Que los privilegios de la burguesía están garantizados por el poder político, del cual se vale para dominar al proletariado.
Por otra parte:
Considerando que la necesidad, la razón y la justicia exigen que la desigualdad y el antagonismo entre una y otra clase desaparezcan, reformando o destruyendo el estado social que los produce;
Que esto no puede conseguirse sino transformando la propiedad individual o corporativa de los instrumentos de trabajo en propiedad común de la sociedad entera;
Que la más poderosa arma con que el proletariado ha de destruir los obstáculos que a la transformación de la propiedad se oponen ha de ser el poder político, del cual se vale la burguesía para impedir la reivindicación de nuestros derechos;
El Partido Socialista declara que tiene por aspiración:
La posesión del poder político por la clase trabajadora.
La transformación de la propiedad individual o corporativa de los instrumentos de trabajo en propiedad común de la nación.
La organización de la sociedad sobre la base de la federación económica, de la organización científica del trabajo y de la enseñanza integral para todos los individuos de ambos sexos.

En suma: el ideal del Partido Socialista Obrero es la completa emancipación de la clase trabajadora; es decir, la abolición de todas las clases sociales y su conversión en una sola de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes." (...)


NOTA: 
Extracto de la Enmienda global a la Conferencia del PSOE que presenta Izquierda Socialista Federal. Si quieres conocer el amplio documento completo, solicítalo sin compromiso al correo de abajo poniendo en asunto las palabras "Enmienda global": 

ispsoeandalucia.malaga@gmail.com


No hay comentarios:

Publicar un comentario